Torreón del Infante Don Enrique

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Torre vigía que se alza en el Puerto de Tíscar.
Constituye la comunicación natural entre los castillos del Sur, principalmente el de Tíscar, del que dista escasos kilómetros, y los del Norte, principalmente Quesada.
Su función era la de vigilar el movimiento de tropas en el camino del reino nazarí de Granada en la época de la Reconquista.
Es una construcción cristiana que se levanta sobre una altitud de 1.183 metros sobre el nivel del mar; mandada construir hacia el siglo XIII por el infante Don Enrique, hijo de Fernando III el Santo y hermano de Alfonso X el sabio.
Se trata de una torre cilíndrica de mampostería regular que mide 16,10 metros de perímetro por la base y 10.40 m. de altura hasta su remate desmochado, que ha perdido el parapeto y las almenas, si es que las tuvo.
El cuerpo inferior es macizo, aunque hoy puede versele un gran socavón que últimamente han practicado en él los buscadores de tesoros.
El cuerpo superior alberga un aposento que mide 2.40 m. de diámetro.
Se cubre con bóveda de media naranja.
El agujero de acceso a la terraza está encima de la entrada.
Por aquí se disponía de una escala de madera.
Es posible que el aposento dispusiera de dos niveles habitables con piso intermedio de madera. Parecen indicarlo los mechinales que discurren por el muro a conveniente altura.
El grosor del muro es de 1.30 metros.
Sobre el vano de la entrada, que tiene quicialeras para la puerta de madera.
Hay dos escudos empotrados. El superior es indescifrable porque está casi borrado. El inferior presenta dos castillos y dos cruces potenzadas en cuarteles alternos perteneciente al Infante D. Enrique.
Desde lo alto dividamos la llanura de Pozo Alcón, Sierra Nevada y los valles del los ríos Extremera, Béjar y Majuela, hasta los pueblos de Baeza, Torreperogil, Úbeda, Santo Tomé, Villacarrillo e Iznatoraf.
En el centro del suelo de su azotea tenía un fósil de una vieira de Santiago, en referencia seguramente a los Caballeros de Santiago, que ha sido expoliada.